jueves, 18 de febrero de 2010

Cuando te ves obligado a mostrar la más bonita de tus sonrisas. Cuando disimulas el dolor. Cuando las lágrimas están siempre cerca de ser derramadas en el más impropio de los momentos o cuando sabes que lo harán porque ya no puedes acumular más... es cuando te das cuentas de que las cosas no marchan tan bien como pensabas.

domingo, 14 de febrero de 2010

viernes, 12 de febrero de 2010























14 de febrero San Valentín; Hay quienes argumentan que el día de los enamorados es todos los días, están los que aseguran que sólo es un día comercial y los que creen que, como muchas otras fiestas, es una imposición psicológica extranjera, aunque siempre se alegran por los feriados; Todos tienen razón. San Valentín despierta diferentes reacciones: "los que creen en el amor y los que no tanto"; Yo soy de los que dicen que San Valentín cuando estas enamorado es todos los días


Y cuento los segundos que pasan; y es otro segundo más que pasa sin vos. No sabía que aquel sería el último beso... Un último beso requería de más tiempo, más pasión. Pienso si ya es demasiado tarde para otro último beso más. Es que no le tengo miedo a sufrir, le tengo miedo al tiempo, a que el tiempo pase dejando cosas pendientes por vivir. La vida pasa y simplemente pasa; quizás las cosas que pensé que llegarían nunca lo harán y una ilusión más pase a ser parte de otro sueño sin cumplir. El pasado a veces nos hace sentir que vivimos en un presente muy vacío porque ya no existe eso que te llenaba... Es entonces cuando una vez más me levanto y pienso que ya no debo pensar. ¿Es acaso posible pensar en no pensar más? No tengo una respuesta concreta, sólo puedo decidir en seguir o no, en seguir mi camino o no, en seguir pensando en aquellos sueños rotos o no. ¿Entonces seguir sería algo positivo o todo lo contrario? Terminar con lo que atormenta y seguir con lo que queda… esa es la cuestión. Es que el tiempo mata momentos, mata a los últimos y a los primeros, mata a gente y mata poco a poco a tu recuerdo. ¿Existe el olvido? Si sé en el fondo que con el pasar de los años esto no se termina, sigue estando guardado en algún rincón de la memoria; Porque los cuerpos mueren, pero las memorias siguen planeando por el aire, buscando alguna cabeza para volver a la vida. Entonces no te olvido, tengo todavía el recuerdo. ¿Y cómo se sigue entonces? Si la memoria persiste, el olvido no es más que un invento del hombre para sentirse más aliviado, pero en lo profundo del alma siguen aturdiendo las ideas reales, porque aunque diga que te olvidé no lo estaré haciendo, porque tengo las huellas de tus labios en los míos, por aquél último beso… pobre, humillado, por haber sido el último y por ser ahora tan poca cosa. Comprendo mucho a ese beso, me siento muy igual. El pasado me dio algo que siempre quise pero el presente me lo quitó; Quizás no fue el presente, sino el mismo tiempo. ¿Pero el tiempo existe? ¿No será sólo un invento del hombre? Los días pasan y uno sigue estando, y algún día no estás más. El tiempo engaña, o nosotros mismos nos engañamos con el tiempo, con ese tiempo que no existe. No hay principio, no hay fin… Pero hay momentos en los que uno tiene que actuar; hay instantes precisos para decir lo que uno tiene que decir, para sentir lo que uno tiene que sentir, para hacer lo que uno tiene que hacer. Ese último beso, era el momento justo para darte un último beso y sin querer me burlé de él… creyendo en el tiempo, en ese tiempo que no existe. La vida no se mide en segundos, se mide en oportunidades; Las oportunidades están allí, y si no las atrapas se van, no vuelven más. Suponemos que los relojes miden el tiempo, que las agujas giran y con ellas las cosas siguen pasando... pero eso es toda una mentira; las cosas no pasan, sólo suceden. Sonrío, porque el beso sucedió, y nuevamente una lágrima cae por mi mejilla, porque ese beso me inspira tristeza, me causa desilusión. Una ilusión que existe, pero que la vida no le dio tiempo a morir. Cuando una ilusión muere, se cumple un sueño; Un sueño incumplido es una desilusión... Entonces el beso me pregunta por qué le tocó a él ser el último, si fue tan poca cosa; no me pide que haya otro beso, sólo me pide suicidarse, así le da la oportunidad a otro beso para ser el último, porque hubo besos anteriores, besos más dignos de ser llamados últimos besos. A veces las cosas pasan, y no las tendríamos que dejar pasar y a veces tenemos que dejar que algunas cosas pasen. ¿Pero cómo saber entonces en qué momento dejarlas pasar y en qué momento no? ¿Existe acaso el destino? El destino le quitaría sentido a las cosas. ¿Para qué escribir si ya todo está escrito? Sé que todo no está escrito, yo tengo las letras en mis manos, yo las ordeno y formo palabras... quizás todo tenga un sentido; Por eso no existe el tiempo, porque así como el destino le quita el sentido a la vida, el tiempo mata a la decisión. ¿Para qué actúo ahora si hay tiempo, si las cosas siguen pasando? Pero las cosas no pasan, las cosas suceden, y como existe el sentido y no el destino, uno escribe para que suceda. Cuando las cosas no suceden es que se rompe un sueño, el sueño deja de ser cumplido, me llega la desilusión; como ese último beso, que no esperaba ser el último, y no fue el destino quien lo obligó a ser el último... Nosotros fuimos culpables de hacer que ese beso fuese el último, porque lo hicimos suceder y porque no dejamos suceder a otro último beso. Hoy espero al olvido, a ese olvido que no existe… el tiempo no pasa, porque no existe, pero las cosas siguen sucediendo y cada cosa que sucede me hace extrañarte más, es un recuerdo más que se aferra a la memoria, es otro sueño que se rompe, otra desilusión que me dice que los recuerdos no se aferran tanto a tu memoria. Para eso no tengo respuesta. Hay corazones que quieren, corazones que aman; Unos más, otros menos, pero nadie sabe en qué cantidad, porque todavía nadie pudo encontrar una forma de medir a los sentimientos. Voy a seguir; Que otras cosas sucedan. Mis sueños piden que lo que suceda te involucre, pero esos sueños son suicidas, quieren ser una ilusión. El último beso me pide que venga otro a rescatarlo de semejante humillación, ya no quiere ser el último beso. Pero sigo, quizás más desilusiones lleguen, quizás esas desilusiones nunca existan, quizás ese beso me siga gritando que lo salve, quizás otro beso lo salve a este último.